VIERNES 23 de Mayo de 2025
 
 
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¡Muchachos! paren de empujarse...

Es una pulseada que cuesta entender, dado que se plantea dentro de los mismos espacios y que supuestamente deberían tener ideológicamente objetivos parecidos.

Todo se confunde, se mezcla en una rara deformación de la habitual forma de hacer política.
Se cruzan insultos, se denostan constantemente y plantean divergencias de criterios en aquello que se refiere a los personajes que mejor se adaptan para darle consistencia a una campaña electoral “chiquitita” que, da señales, de lo que serán las más importantes.
En el oficialismo el internismo despiadado es un signo que se destaca por sobre el resto de los competidores.
Santiago Caputo, integrante del “triángulo de hierro” busca posicionarse como el “gran operador”, contando para ello con el manejo de las cajas, con las cuales compran las “odiadas pautas” que tanto ha criticado el presidente Javier Milei.
En ese marco de “todos contra todos”, el tristemente famoso “Gordo Dan” sigue haciendo de las suyas, procurando con hábiles maniobras desestabilizadoras desplazar a quienes apoyan a Manuel Adorni, apostando a su derrota; con ello el debilitamiento de Karina Milei y ser el candidato, a futuro, de los libertarios en el marco de la línea “Las fuerzas del cielo”.
El asesor presidencial hace malabares para desplazar a Pareja y que el armador sea Cristian Ritondo. La movida contaría con el aval de Milei, que nunca se tragó al armador de Karina. Le quitaron el Fondo de Integración Socio Urbana en medio de denuncias de corrupción.
Un desprendimiento del PRO que sigue sosteniendo que su conductor es el ex presidente Mauricio Macri, pero está jugando en varias canchas para ver dónde logra consolidarse a futuro. Eso es Ritondo y varios más que hacen apariciones esporádicas, caso Diego Santilli, pero no definen a qué arco están apuntando para lograr ventajas.
El armador de Karina -Sebastián Pareja- eligió dirigentes que no ofrecen garantías, en razón de no contar con buena imagen en sus distritos, y Santiago Caputo moviliza internamente al mileismo ante el temor de sufrir una derrota contundente en las elecciones provinciales.
Las referencias de la negatividad de los candidatos señalados como posibles, no contarían con respaldo ciudadanos en sus lugares de origen y esto significa la ausencia de chances para competir.
Otro quebranto que sufre el oficialismo en CABA se materializó en la reacción de la ciudadanía ante la presencia de Karina Milei, quien realizaba una recorrida de campaña por barrios de la ciudad junto a la ministro de Seguridad Patricia Bullrich.
Señales claras de repudio ante un personaje -Patricia Bullrich- que habiendo sido competencia de Javier Milei, hoy está cerrando filas con el sector libertario, dejando de lado su identidad partidaria, con la cual llegó al lugar en donde hoy se desempeña.
Quien marca las diferencias es la gente, que no comparten tanto “panquequismo” en quienes hablan de honestidad ideológica, de transparencia y cuando alguien toca la campana acuden para ver si logran algo.
Estas señales no son solo patrimonio de La Libertad Avanza, los otros sectores se mueven en el mismo “barro” de la mezquindad política buscando posicionarse en algunas de las “tetas” del Estado.
Los escenarios son todos de enorme conflictividad, situación que podría generar que, a quien pretenden eliminar, logre aprovechar la coyuntura e imponer condiciones en un terreno que se le presentaba muy desfavorable.
Los últimos días han sido una muestra de “empujones que van y vienen”. Según puede apreciarse hasta ahora, todos con efectos negativos.
Esto es parte de la cocina electoral que configuran las elecciones locales de cuatro provincias y CABA, para elegir y lograr poder legislativo, con miras a sentar las bases para octubre y desde allí según sean los resultados aspirar a compartir en el 2027.
Aquello que se observa desde afuera del “cuadrilátero político” no resulta agradable y para nada construye institucionalidad y civismo. Por el contrario siembra vientos y nadie duda que pueden producirse tempestades.
Hoy, hay una aparente calma que a todas luces es mentirosa. Todos miran de reojo y hay quienes se están excediendo en la subestimación de sus ocasionales rivales.
Es un juego riesgoso y existe mucha efervescencia social, que es fácilmente detectable. Se celebran logros económicos y en el terreno del consumo todo se aleja de los bolsillos medios. Una dicotomía difícil de entender.
La realidad del magro poder adquisitivo, supera el relato oficial.
Mientras los chicos juegan a la “cinchada” con 46 millones de habitantes.

 

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