VIERNES 26 de Abril de 2024
 
 
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Una batalla que se va perdiendo

Todos prometen que tienen el remedio milagroso que podría poner freno al índice inflacionario y con ello comenzar a reconstruir una economía que se está cayendo a pedazos.

El jefe del Gobierno de la Ciudad, Rodríguez Larreta, uno de los candidatos que jugando para el partido opositor -Juntos por el Cambio- aseguró que él pondrá fin al tremendo flagelo que está quebrando a gran parte de la sociedad argentina.

Todavía, no hace tanto tiempo atrás, el generador de JxC, Mauricio Macri en una de las tantas entrevistas que le realizaron, antes de que fuera ungido presidente, derrotando el sector que encabezaba Cristina Fernández de Kirchner, hizo la misma promesa y hasta el gesto, del ‘chasquido de los dedos’ indicando que así de rápido la inflación se iría.

Siempre hemos sostenido el mismo concepto: una cosa es hablar desde el sector de los espectadores y otra muy distinta, tener que disponer los mecanismos, las normas y las políticas de Estado que permitan cumplir con sus promesas.

La realidad siempre mata al relato. De eso ninguna duda cabe. La mayoría de los políticos son víctimas de su excesiva verborragia y cuando llegan y fracasan se chocan con el ‘archivo’, que en estos casos tiene un valor de ‘verdad absoluta’, aunque de esta dudamos, pero en estos casos se materializa, mostrando cómo nos mintieron para ganar el voto.

El actual Ministro de Economía, Sergio Massa, operó financieramente en procura de alcanzar niveles inflacionarios aceptables y durante dos meses de su mandato pudo lograrlo.

Pero la alegría duró poco y rápidamente la presión de los precios, la remarcación constante de los productos de la canasta básica y de primera necesidad, fueron determinantes para que los índices inflacionarios volvieran a ser unos de los más altos de Latinoamérica y ubicarse entre los cinco más altos del mundo.

La crecida de precios, es una constante que no han podido solucionar. La carne, verduras, lácteos, panificados de distinta naturaleza, están manejando un 8,5 a un 9,8 por ciento mensual.

El índice que dio, oficialmente, a conocer el Indec, es del 6,6 por ciento, lo que lleva al cálculo interanual a un 102,6 por ciento. Doblamos la curva y ahora estamos en‘picada’. Todo parece no tener un final feliz para nadie.

Los indicadores manejados por reconocidos economistas señalan que deben apelarse a otros mecanismos para, lentamente, comenzar a sanear las cuentas y dominar el alza inflacionaria.

Se habla de abandonar -en este aspecto, el económico- la controversia política y consensuar equipos de especialistas que se pongan -en serio- a trabajar para delinear una política de Estado, que resulte inamovible y respetada por todos.

Un economista dijo algo así como: ‘Una Constitución de la economía nacional’. Fijar pautas y lentamente iniciar una cirugía, que no resultaría fácil y puede ser para algunos sectores, dolorosa, pero tendría objetivos claros, certezas y podría alcanzar el fin previsto para poder recuperar al país.

Los alimentos que más aumentaron: Naranjas: 72%, carne picada común: 35%, cuadril: 34,3%, paleta: 33,5%, nalga: 32,8%, asado: 28,6%, arroz: 14,6%, huevos: 13,2%, batata: 13%, queso cremoso: 9,9%. Estos datos extraídos del informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos, responde a determinados segmentos comerciales de Capital, Gran Buenos Aires y algunas de las provincias más importantes, no refleja la realidad que se vive en el resto del país, en donde los incrementos son mayores.

No existen dudas que estamos en una pendiente muy pronunciada, donde día a día se recorta el ingreso y se produce una desvalorización de la moneda que está dañando severamente el tejido social de la sociedad.

Todo indicaría que la política de un solo partido o de un solo sector frentista o coaliciones, no está en condiciones de revertir este proceso de desgaste y empobrecimiento de la población.

Se debe observar el fracaso del pasado, mirar el presente y aunar esfuerzos mancomunados para alcanzar un mejor futuro, que el que hoy nos prometen.

Abandonar por un momento la ambición de llegar a cualquier costo y pensar más en la sociedad argentina.

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