Qué es el nivel “border”: Según una visión creada por la IA ‘‘Ser border” es una expresión que se utiliza para referirse al Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), una enfermedad mental que afecta la capacidad de controlar las emociones. Si se quiere, un síndrome que vemos a diario en las calles.
Esta situación se produce cuando el afectado o afectada, siente que los límites fijados por diferentes circunstancias lo llevan a cometer hechos, por lo general violentos. Esto está ocurriendo en la Argentina, hoy.
Los sucesos avanzan, el sistema social se muestra gravemente inflamado por las circunstancias de un país que se encuentra en estado conmocionante y con muchas posibilidades de que se produzca un desborde de magnitud insospechada.
Violencia adolescente y de la otra, que se van transmitiendo y ya se cuentan 10 episodios, algunos graves en las últimas semanas, y sacude los ámbitos escolares, atento a que sus protagonistas son adolescentes de entre 13 a 16 años.
Hoy hay una manifestación de fuerza obrera, organizada por una diezmada Confederación General Trabajo que trata de responderle al gobierno nacional con un movimiento que le señale el profundo descontento que prima en las fuerzas del trabajo.
Ahora se están produciendo cortes en distintos accesos a la Capital, donde grupos de vecinos prácticamente asaltan a los vehículos que habitualmente transitan por el lugar y cobran peaje para poder continuar la marcha. Una de las sorprendentes justificaciones: “para pagar el gesto de un sepelio”, de una presunta víctima emergente de un enfrentamiento policial.
Se está llegando a determinados límites que señalan acercarse peligrosamente a una agitación violenta de grupos sociales o políticos que altera la normalidad de la vida colectiva.
El país se siente conmovido por el síntoma de notoria violencia verbal y física que estarían señalando que los argentinos transitamos una profunda pérdida de dignidad, valores morales y que una gran parte está sin una formación cultural adecuada, donde la vida humana tenga el contenido que corresponde.
Hemos visto y escuchado a innumerables analistas, investigadores del comportamiento humano, preferentemente el que marca el inicio de la pubertad y adolescencia y todos vierten conceptos que hablan de una notable transformación en las formas de vivir, fundamentalmente en el desprendimiento familiar.
Esta realidad la hemos venido planteando desde esta columna, señalando la necesidad de ajustar las normas educativas, centralizar en grupos interdisciplinarios el estudio de estos comportamientos que se producen -esencialmente- en ámbitos escolares, lugares elegidos para mostrar la violencia en sus más graves escalas. Debe considerarse ampliarla a casi todos los sectores etáreos afectados.
Pero esta es una de las tantas consecuencias que vivimos a diario. Quienes se ven obligados a transitar las calles de cualquier ciudad es conciente que sale de su hogar, pero no tiene asegurado el regreso. Ese es el síndrome que refleja la ciudadanía cuando habla de “la inseguridad”.
Estamos ya sobre el desarrollo del paro determinado por parte de la CGT, tercero que realizan contra las políticas instrumentadas por el gobierno de Javier Milei y sus equipos.
Economía, mercados alterados, la utilización desmedida del relato para calmar las aguas, cuando las realidades indican que se está produciendo lo contrario a lo que, desde las más altas esferas del gobierno libertario, se procura transmitir.
Hoy hay sectores que están más abocados a los manejos de política de campaña, que desarrollar acciones que tiendan a solucionar los problemas que enfrenta la sociedad en su conjunto.
El “apareamiento incondicional” del presidente Javier Milei con Donald Trump, está colocando a la Argentina, país emergente, en una situación de real emergencia. Quebrantos diversos en su estructura económico-financiera, difícil futuro productivo, desazón empresaria ante los embates que se producen, con una importación abierta y ahora con los efectos arancelarios que aplica el sistema impositivo estadounidense, en una clara situación de riesgo social.
La pelea de los “grandes” provocará repercusiones graves en los más débiles, que, sin lugar a dudas, serán los más dañados, dado que los países del primer mundo necesitan de sus producciones, pero hoy serán objeto de los acuerdos que establezcan.
EEUU y China están jugando un partido muy particular y han generado el descontrol de los mercados del mundo. India prepara sus estructuras para respaldar su productividad. Lo mismo hacen países de la UE, que ya están buscando abroquelarse para defenderse de los embates de los poderosos en pugna, caso España con Rusia.
Todo indica que se está formando el “caldo de cultivo” de una “tercera guerra mundial”, que está centrada en el dominio de los sectores productivos y el liderazgo absoluto en las decisiones económicas y financieras que deben establecerse.
El sueño de un “gran reino propio” centralizado en Trump-Xi Jimping y Putin.
¿Habrá algún ganador o serán todos perdedores?
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