El presidente norteamericano ha elaborado en el marco de su estructura mental, que es el único, el elegido y en razón de estas circunstancias que responden a un ego desmesuradamente grande, no para de generar escenarios de conflicto.
Ahora su pelea está orientada a someter a los países del BRICS, organismo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y que en la actualidad cuenta con once miembros plenos, entre ellos Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Irán e Indonesia. Por otra parte, tiene nueve países socios, incluidos Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Uganda y Uzbekistán. <EM>Una verdadera fortaleza que se construyó con la finalidad de robustecer y darle forma concreta a un nuevo frente mundial comercial y financiero que frenara -lo que para ellos es la herramienta dominante- el manejo del dólar como la moneda oficial para las transacciones de cualquier naturaleza fuera de las fronteras de cada uno de los países.
En la cumbre del BRICS celebrada en octubre en Kazán, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusó a las potencias occidentales de “convertir el dólar en un arma” y con su imperancia procurar un dominio económico y financiero atento a que todos los intercambios de carácter comercial se realizan con un sola moneda, el dólar estadounidense.
Esta situación afectará el sistema financiero de los EEUU en razón que los integrantes titulares y adherentes al BRICS están procurando y ya tendrían aprobada la circulación de una nueva moneda de transacción internacional en lo comercial.
Ante esta eventualidad, Donald Trump salió con los “tapones de punta” y lanzó una formal amenaza advirtiendo que se impondrán “aranceles del 100 % a los países de los BRICS si intentan crear o respaldar una moneda alternativa al dólar estadounidense”. Un clara y contundente advertencia.
En forma inmediata hubo respuestas, tal es el caso del presidente de Brasil, Luis Lula da Silva, quien aseguró que responderá con “reciprocidad” si Trump impone aranceles a los productos brasileños.
“No me preocupo si va a pelear por Groenlandia, el Golfo de México o Panamá, lo que tiene que hacer es respetar la soberanía de otros países”, expresó, agregando: ‘‘Es muy simple. Si él grava los productos brasileños, habrá reciprocidad en Brasil a la hora de gravar los productos que son importados de Estados Unidos”.
Es el principio de litigios que se irán extendiendo en razón que los otros países integrantes de esta nueva organización mundial opondrán medidas que procurarán nivelar los aspectos arancelarios que amenaza imponer Trump, de persistir el intento de una nueva moneda que compita en el mercado comercial internacional con el dólar.
En esta “cruzada” que ha delineado el presidente del país del norte para lograr “la era de oro”, que incuestionablemente lo llevará a confrontar con sus iguales del primer mundo, es a la que se ha sumado Javier Milei, presidente argentino.
Las “espaldas” para soportar las presiones no son iguales, ni similares. EEUU tiene todo, más allá de las debilidades que generó el gobierno de Joe Biden, para enfrentarlas y la posibilidad cierta de que los “poderosos” se avengan, en algún momento, a negociar y acordar con beneficios mutuos, es hoy una remota posibilidad.
No sucedería eso con Argentina, quien no deja de ser un emergente que rinde pleitesía a los grandes que ha elegido como mentores en su intento por encumbrarse como un líder del liberalismo en el mundo. Nos está faltando realidad, hemos comprado demasiado barato el relato.
El embate de Trump también afectó a ciudadanos brasileños que fueron deportados de los EEUU y embarcados a su lugar de origen.
El tema se agrava en la medida que las normativas relacionadas con la presencia de inmigrantes de diferentes naciones, pero fundamentalmente de México y países de sudamérica, está generando rispideces en el campo de la diplomacia que redundarán notoriamente en el campo de lo comercial.
En la dura batalla emprendida, el líder republicano ahora anunció una medida que prohibe las transacciones con las compañías controladas por el régimen cubano.
La nueva norma de carácter político-económico tiene como finalidad acotar las posibilidades que tiene Cuba de crecer. El gobierno de Estados Unidos anunció la reinstauración de la Lista Restringida de Cuba, una medida que prohibe transacciones con compañías controladas por el régimen cubano o que actúan en nombre de los servicios militares, de inteligencia y seguridad de la isla. Es un “cerco” que ya había tenido el país del norte y que con el paso de diferentes gobiernos se había flexibilizado.
Donald Trump está construyendo las estructuras del poder absoluto, frente a quienes le están manifestando que resistirán a las pretensiones de sometimiento a las que procura someter el presidente norteamericano.
El primer mundo no está preparado para esta contingencia y los estados de conflicto serán en los próximos meses moneda corriente.
Nadie pudo lograr ser el único. El objetivo del presidente de los EEUU puede ser solo: un sueño delirante.
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