La anunciada salida de la diputada Lourdes Arrieta de La Libertad Avanza (LLA) aceleró la reconfiguración parlamentaria en la Cámara de Diputados y posibilitaría que el PRO se convierta en la segunda minoría, a partir de la posibilidad de ese espacio de absorber dentro de un nuevo interbloque las deserciones de la bancada libertaria.
Con la renuncia forzada de Arrieta, LLA pasó de 38 a 37 integrantes, ubicándose en la misma línea que el PRO, cuya bancada tiene idéntico tamaño.
Zago había sido hasta el 10 de abril pasado el jefe de bloque del oficialismo, pero la falta de disciplina partidaria y de sentido de organicidad le jugaron una mala pasada y fue desplazado.
El diputado también cobijó a Arrieta y a Rocío Bonacci cuando detonó la polémica por la visita a represores de la última dictadura militar, y se mostró contenedor con las legisladoras.
Desde que formalizó su alejamiento de LLA, Arrieta viene haciendo fuerza para confluir en un interbloque con el MID, pero las tratativas de Zago con el PRO neutralizan esa alternativa.
En la bancada amarilla no quieren saber nada con Arrieta: “Ya tenemos suficientes problemas como para comprarnos los de esa chica. Las negociaciones son solo con Zago”, aclararon, y señalaron que la articulación en un interbloque es prácticamente un hecho.
Si el aislamiento se tornara insostenible, podrían seguir a Zago y sumarse al interbloque con el PRO.
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