En una entrevista con La Reforma relató: “Soy enfermera desde hace treinta y tres años. Comencé como auxiliar y estudié en la Escuela de Enfermería de Pico, que se dictaba en el hospital. Después empecé a trabajar en el ‘90 en el Centeno, en varios servicios como, por ejemplo, Terapia, Neonatología, Pediatría. Estuve veinte años en la Guardia, y durante otros catorce años fui jefa de guardia de emergencia de adultos y de pediatría”.

“En 2005 -prosiguió- finalicé la licenciatura en la UNLPam. Desde 2010 hasta hoy estoy en el área de Educación. Soy docente en la carrera de Enfermería del Instituto Visión Tecnológica, sede General Pico, en la cátedra Práctica Integradora I, II y III, que corresponde a las prácticas hospitalarias”. Luego amplió la información sobre su trayectoria profesional al indicar que desde 2016 en el Hospital Centeno está a cargo de la Coordinación de Género, Diversidad y Violencia. “También intervinimos en la formulación de los protocolos de intervención en casos de violencia intrafamilias y género”, completó. 

En otro momento de la entrevista remarcó que “sintió” la carrera “desde muy pequeña. Soy de un pequeño pueblo de la provincia de Misiones. Llegué a La Pampa en 1982 y ya en el ‘88 me anoté para la carrera, fue una cuestión de vocación y, si me dieran a elegir, hoy haría exactamente lo mismo”, afirmó. También puso de relieve que tiene la satisfacción de que tres de sus hijas también “comparten la misma pasión por la enfermería”.

“En esta profesión -reflexionó María Luisa- uno tiene que conocerse a sí mismo. Y debe tener en cuenta que todas las personas y usuarios que llegan al ámbito de la salud, ya sea pública o privada, dejan su vida, o la de la persona que más quiere, en nuestra manos. Muchas veces hay situaciones simples, que se atienden por consultorios externos y que se solucionan sin ninguna complicación: también hay otras que son muy críticas”, contrastó.

“Uno sabe que en esta carrera, en ocho horas diarias de trabajo, se pasa por distintas emociones. En algunos casos son de alegría total, como en los nacimientos . Pero en otros casos tenemos la tristeza de ver el final de la vida de alguien. Uno siempre debe ser empático y es proritario no solo trabajar en equipo, y no solo con el conocimiento biológico, sino también atendiendo a la cuestión humanitaria y a la cuestión de los derechos. Porque cada persona es un sujeto con derechos y uno tiene que respetarlos y cumplirlos”.

Por último, la licenciada Ríos manifestó su deseo de saludar a sus colegas. “Son un eslabón muy importante en el sistema de salud, quedó demostrado durante la pandemia. En esas circunstancias se trabajó muy bien. Hay que destacar que la División Enfermería cubrió todos los servicios que fue necesario cubrir, y se contó en aquel momento con muchos y muchas estudiantes que ya están recibidos y en planta. A todas esas personas, muchas gracias. Y las invito a seguir trabajando por una enfermería autónoma, holística y humanizada.