VIERNES 19 de Abril de 2024
 
 
Compartir
Twittear
 

La violencia: un signo negativo

No es la primera vez que nos referimos a esta escalada de violencia que se venía percibiendo ocurría en el país. Nos parecía, y así los sentíamos, que nos estábamos acostumbrando y eso nos colocaba en una situación extremadamente delicada, porque nos cubría una enorme insensibilidad.

Como decía Mahatma Ghandi: “La violencia es el miedo a los ideales de los demás” y eso estaba acorralando a un amplio sector de la sociedad argentina, que se sorprendía ante el terrible suceso, producto de un uso agresivo de las circunstancias y pasado el acontecimiento lamentable, era fácilmente olvidado.

Creemos que no éramos los únicos que insistíamos en el crecimiento exponencial de los exabruptos que ponían de relieve que algo estaba modificando psicológicamente a un amplio sector de la ciudadanía, especialmente sectores muy jóvenes que mostraban un total desprecio por la vida de sus semejantes.

“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”, expresaba Martin Luther King (1929-1968), religioso estadounidense que fuera víctima de la misma violencia que combatía.

Este país, en la noche del jueves, se vio sacudido por una actitud inexplicable cuando una persona relativamente joven, de 35 años, de origen brasileño, tuvo un intento de homicidio en la figura de la vicepresidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Hoy, como siempre nos ocurre -lo hemos destacado en anteriores entregas- vemos las fallas y los errores el día después. En este caso hubo circunstancias que evitaron una tragedia, dado que el arma utilizada y cargada con cinco proyectiles no fue correctamente accionada y las dos veces que fue gatillada no se logró dispararla.

Según los entendidos, la antigüedad del arma y la ausencia de preparación, que es disponer el accionamiento de la corredera, no colocó la bala en condiciones de ser percutada.

Estas son cuestiones técnicas que, naturalmente son motivo de evaluación posterior y que servirán para las autoridades judiciales intervinientes -fiscal y jueza- que entienden en la causa, a los efectos de ir reuniendo elementos probatorios que terminarán con los estudios psicológicos y análisis psiquiátrico de un personaje, al que se lo muestra muy extraño y controvertido, según lo expresan sus dos o tres conocidos que procuran dar pautas de quién era.

“Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia”. según lo que expresara el escritor ruso Leon Tolstoi. 

Mucho de este buen juicio es lo que está ausente en varios de los episodios que, en los últimos tiempos, hemos vivido los argentinos. Lo observado es todo lo contrario, opiniones divergentes, situaciones ideológicas diferenciadas, pareciera son solucionables utilizando algún acto de exceso que le otorgue razón a su postura.

Todo el territorio argentino tiene, de una manera u otra, acciones vinculadas a una feroz vehemencia por obtener el objetivo, ya sea de robo, violación, una enajenada acción contra la niñez, estos y muchos otros son factores que están distorsionando nuestra convivencia.

Ya no caminamos tranquilos por la calle y sospechamos de cada persona que se acerca. Esta realidad es claramente un fenómeno de valoración psicológica que, ahora, esperamos se comience a tener en cuenta.

Hoy nos observa el mundo ante un hecho que pudo llegar a generar una desestabilización institucional de una gravedad inusitada. Es difícil aventurar cuáles serán los pasos futuros, porque el lamentable episodio provoca una natural inflexión en la contienda política que ya se había iniciado, con miras al proceso electoral del 2023.

Una nueva realidad se materializa tras estos acontecimientos traumáticos, que deberán ser investigados profundamente para ver las motivaciones que los provocaron y si existen referencias que los vinculen los mecanismos de una política que, por momentos, se convirtió en una lucha agresiva para ver quién se posiciona mejor para el poder futuro.

Comenzamos a vivir otra etapa. Todo el escenario ha cambiado. La figura de Cristina Fernández de Kirchner, a quién nadie le otorgaba chances, está jugando nuevamente en las “grandes ligas”. 

Las variables las podremos apreciar y evaluar en los próximos días.

Escriba su comentario

Tu email no sera publicado.