Comencemos por definir qué era la “Torre de Babel”. Según la leyenda bíblica: “La torre de Babel representa la difusión de las diversas lenguas que se hablan en el mundo y el inicio de algo tan importante para los humanos como la comunicación. También representa el pecado de la soberbia, por la voluntad de querer alcanzar el cielo y, por lo tanto, a Dios, para parecerse a él”.
Volvamos a la Argentina y veamos cómo estamos, sin darnos demasiado cuenta, en una “Torre de Babel” “alla nostra”, es decir de acuerdo a lo que interpretamos, nos dicen y cuentan del acontecer político, que hoy por hoy, es lo que más en boga está. Todos en busca del poder.
Por una cuestión de principios que nos inculcaron los mayores, y nos marcaron ruta en el periodismo: “Nunca se hace periodismo de periodistas”. El consejo, sabio, como eran los “viejos escribas”, tenía su razón de ser, señalando claramente que hay que respetar al que piensa diferente.
En estos últimos días hemos realizado un interesante ejercicio de “panear” por programas televisivos, redes sociales, páginas web, agencias de noticias, entre otros vericuetos en los que incursionamos en procura de saber cómo pensaban en relación a la actividad de los políticos, lo que dicen, cómo se interpreta y a qué conclusiones se llega. Y hubo sorpresas o no tanto.
Una tarea por demás de interesante, porque nos abrió varios escenarios, que naturalmente, suponíamos existían, pero que entendíamos se manejaban dentro de carriles de la realidad, que aunque difiriera nunca se alejaría demasiado de una verdad.
Como se podría suponer, cada marco que observamos tenía diferentes contextos, pero en líneas generales apuntaban hacia similares objetivos, dejando en claro sus preferencias.
Era una verdadera “babel” de ideas, conclusiones y planteos que nos trasladaban de un “arco a otro” y nos resultaba imposible conciliar ideas parecidas. Todo lo contrario, vimos cómo algunos se mostraban con un empecinamiento que llamaba la atención, intentando interpretar situaciones dichos, expresiones, definiciones de políticos, buscándole un resultado positivo o negativo, según quién lo analizara.
Esta multiplicidad de enfoques sobre un mismo tema y sobre los mismos políticos, nos hizo presuponer la confusión que debe tener una gran parte de la ciudadanía.
También ahora entendemos porqué resulta difícil para los encuestadores, analistas y politólogos, tener certezas y lo que dicen son aproximaciones, cuyos márgenes de error, son cada vez más amplios.
Nosotros escuchamos un consultor ecuatoriano, conocido para los argentinos; fue la cabeza pensante de la campaña de Mauricio Macri, nos referimos a Durán Barba, quien reconocía, con una sorprendente honestidad: “No puedo asegurar nada. Hoy la política Argentina se mueve sin tener certezas”.
“Hablar de ganadores es extremadamente difícil -agregaba el mencionado consultor- porque ambos se mueven con diferenciales mínimas y nadie arriesga por miedo a equivocarse. Lo que no se puede es seguir utilizando un sistema ideológico, cuando se informa”.
Estas observaciones que se nos suponen atinadas, fueron objeto de los precursores argentinos de la “Torre de Babel” que encontraron disímiles respuestas a las expresiones y fueron dibujando conclusiones que se ajustaran a sus propios intereses.
Buscamos salir de las controversiales interpretaciones que se realizan sobre uno u otro candidato, para intentar reconstruir la esencia de una forma idiomática que nos aporte realidades, certezas, despojadas de personalismos que producen una notoria deformación de la verdad.
Estamos a escasas dos semanas de una elección final, denominada balotaje, donde se gana por la mínima diferencia y cada uno de los protagonistas hace su juego, mientas la sociedad, el porcentaje que no ha decidido -aún- su voto, va tirando la moneda.
Seguridades ninguna. Ganadores, dependerá de la decisión del soberano. El debate que se desarrollará en el aula magna de la UBA podría llegar a poner matices a favor o en contra de los candidatos, que se enfrentarán para dilucidar cómo resolverán los problemas que aquejan al país.
Es factible que se marquen diferencias, según el tema, de acuerdo a la templanza y el dominio que puedan ejercer del carácter. Ambos procurarán centrar sus ataques en las presuntas debilidades que han mostrado. De su efectividad resultarán puntos a favor o en contra.
Domingo 12, el duelo, y de allí a la final que se cumplirá el 19 de noviembre. Se darán vuelta las urnas y lo demás será historia y parte de esta nueva versión de la “Torre de Babel” que se ha construido.
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