JUEVES 28 de Marzo de 2024
 
 
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Gobiernos difíciles de entender

De acuerdo a los mecanismos que se vienen instrumentando alrededor de las nuevas políticas de Estado, en referencia a lo social y económico, resulta extremadamente difícil poder determinar donde está el verdadero poder y queda evidenciado que estamos subvirtiendo los contenidos de la Constitución Nacional.

Se nos ocurre pensar las dificultades que deberán tener los docentes para explicarles a sus alumnos, de niveles más avanzados, por qué las decisiones las toma la Vicepresidenta, aunque no aparezca y las ejecuta el ministro de Economía, mientras que el Presidente está dedicado a dar discursos en distintos actos o participando de reuniones en los EE.UU., cuando el país requiere una dedicación exclusiva.

Esta problemática, ahora muy evidente, se plasmó a los pocos meses de iniciarse el gobierno de la coalición del Frente de Todos, cuando las divergencias que se planteaban entre las decisiones presidenciales y las disconformidades trascendidas desde la vicepresidencia, se hicieron muy notorias, al punto que comenzaron a desdibujarse los límites que constitucionalmente marcaban por un lado al Poder Ejecutivo y por el otro al Legislativo.

Una gestión presidencial controvertida, con muchas contradicciones, que se reiteraban y mostraban una enorme confusión en las decisiones, enfrentaba una vicepresidencia, que comenzó no compartiendo la gestión del equipo presidencial y culminó llevando a cabo la tarea de un desmantelamiento, provocando renuncias de funcionarios que respondían al titular del Ejecutivo Alberto Fernández.

El avance de un poder sobre el otro, culminó con el alejamiento del titular de Economía, último bastión del albertismo y su reemplazo fue direccionado, por la titular del Senado Cristina Fernández de Kirchner, hacia el titular del Frente Renovador, presidente de la Cámara de Diputados y parte integrante de la coalición gobernante.

La figura de Sergio Massa, ha tenido un crecimiento exponencial. Fundamentalmente, mostrando, que las decisiones más importantes del gobierno, están pasando por su órbita. Conociéndose -a través de trascendidos- que comparte inquietudes en asiduas reuniones con la titular del Instituto Patria.

Mientras se generan estos movimientos, el país sigue sujeto a los temas que han concitado la atención de la ciudadanía en los últimos días. Desde la continuidad del proceso que se le sigue a la Vicepresidenta por el Caso Vialidad, en la etapa del pronunciamiento de las defensas, hasta las alternativas a las que están sujetas las investigaciones que se llevan a cabo por el intento de magnicidio, en las que -por el momento- hay cuatro implicados, siguiendo ahora, el curso de los recursos económicos que permitirían conocer a los supuestos ideólogos de este ataque frustrado.

Mientras estas alternativas van desarrollándose, el país sigue mostrando un quebranto, que -hasta ahora- nadie se anima a determinar cuál sería la forma idónea para lograr comenzar una etapa de recuperación.

Declaraciones altisonantes, como las recientes del extitular de las Fuerzas Armadas, César Milani, muestran indicios claros de que se están procurando alimentar climas de reacciones violentas, que provoquen el caos y el desorden social.

Es una etapa extremadamente ardua, de mucho conflicto. Se pueden escuchar numerosas opiniones sobre cuáles podrían ser los resultados emergentes de una inestabilidad que se da en todos los sectores.

Si es el político, a nadie escapa que ‘entre bambalinas’ se está gestando una confrontación, que tiene como objetivo las elecciones del 2023. Las PASO, son por ahora el punto neurálgico, que confronta al oficialismo y la oposición. Del resultado que pudiera lograrse de esta divergencia, se podrá tener indicios de qué nos espera en los próximos meses.

Se disputan los futuros políticos, pero -hasta ahora- nadie ni oficialismo ni oposición, dan a conocer un plan que le permita a la sociedad argentina, saber dónde está parada y hacia dónde puede conducirla, según a quien elija ‘el soberano’ al frente del gobierno.

Todas son incógnitas, donde lo único que se percibe -como siempre- es cómo llegar al poder. Ninguno está analizando que cada vez la ciudadanía aprende más y está dejando de comprar los ‘espejitos de colores’.

La realidad puede golpearlos fuerte.

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