En los últimos días cada aparición pública que se transfiere a los medios periodísticos, es una ‘mojadita de oreja’, que realmente produce asombro.

Y creemos que una gran parte de la sociedad, los mira azorada, porque ninguno de los dos -hoy- son figuras políticas con respaldo ciudadano. Por el contrario, si seguimos los números de las encuestas que toman estado público, existe una negatividad social que pone en duda cualquier reelección y/o candidatura.

Uno podría pensar que cuando se llega a la arena de la discusión política, en un escenario de campaña, es factible que se produzcan estos cortocircuitos, que apuntan a denostar al oponente en la búsqueda de consenso ciudadano.

El expresidente Mauricio Macri, generador de Cambiemos en el 2015, transformado en el 2019 en Juntos por el Cambio, cuando fue derrotado por la coalición Frente de Todos, intenta estar sin estar. Una suerte de no juego, pero participo. Quiero, pero veremos qué pasa. Toda una suerte de ruleta que estratégicamente ha montado, intentando un consenso entre los tres nombres que se postulan para el sector de JxC.

A esta altura del año, netamente electoral, ha decidido salir a confrontar con el presidente Alberto Fernández y dice cosas como estas: ‘‘A Alberto Fernández lo veía contradecirse diariamente y ahora lo hace dentro del mismo día. Ha destruido el valor de la palabra -había señalado Macri desde Mar del Plata en las últimas horas-. Lo que dice el actual presidente de la República no sirve para nada’.

Ni lerdo ni perezoso, el titular del Poder Ejecutivo salió con los ‘botines de punta’ y respondió a la ‘chicana’ macrista, diciendo que: ‘‘El que dijo que iba a haber pobreza cero y dejó al país con mayor desempleo y un montón de gente hambrienta, fue él’, completando con: ‘Cuando yo lo escucho decir a Macri que mi palabra pierde valor, a mi me duele porque la verdad es que aquello que yo me comprometí a hacer, lo cumplí’.

Realmente difícil de creer, máxime si nos ponemos a analizar, en qué estado está el país y que esto no es obra de un mandato que todavía no terminó, sino que viene desde mucho tiempo atrás, que implica -inclusive- a los gobiernos de la hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Pero eso es terreno fértil para que lo exploten los politólogos y profesionales de Ciencias Políticas. Nosotros teníamos como objetivo ver qué aspectos positivos se mueven alrededor de esta ‘puesta en escena’ de dos figuras que hoy no cuentan con el respaldo que podría dar una gestión de gobierno medianamente exitosa.

Están ‘jugando para la tribuna’, podría ser uno de los objetivos, aunque la realidad estaría indicando que cada vez -la ciudadanía- recibe menos los ‘espejitos de colores’.

Lo que se vive tiene otra sustancia y realmente no es para ‘tirar manteca al techo’. Indigencia, pobreza, desempleo, destrucción de la clase media argentina, sobre la cual estuvo sustentado el crecimiento y futuro. Pérdida notable de emprendimientos productivos. Caída monetaria y una política financiera que no logra hacer equilibrio.

En pocas palabras: sin crecimiento y por ahora con dudoso futuro. Esta sintomatología, tiene causales reales en desgobiernos, que hemos tenido hasta la fecha. En razón de ello es que no podemos comprender ¿Por qué se pelean Fernández y Macri? Una pregunta sin respuesta.