VIERNES 29 de Marzo de 2024
 
 
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El plan de los ajustes

Era de esperar. Nadie podía suponer que sin los necesarios mecanismos de ajustes surgidos de una planificación ordenada, se podrían lograr resultados positivos, en un país quebrado social y económicamente.

En una de nuestras más recientes entregas dijimos que se estaban realizando muchos movimientos que venían provocando que la sociedad mirara otros acontecimientos “convulsionantes” y, en ese lapso, el equipo que dirige Sergio Massa operaba en dar respuesta a la planificación que indicara el Fondo Monetario Internacional, para lograr la ansiada recuperación.

Nos animamos a insinuar que el organismo internacional de crédito, es un ministerio de economía paralelo que nos va marcando la ‘cancha’ y procurando ordenar las cuentas totalmente desbasadas, en donde el gasto del Estado gobernante resulta incontrolable.

Para ello era fundamental tomar conciencia que no se podía continuar con un tremendo déficit fiscal, producto de la imposición sistemática de más impuestos para atender necesidades sociales, que venían marcando indicadores declinantes.

Aumentaba la indigencia, se incrementaba notablemente la pobreza, el desempleo se ha convertido en un “cuello de botella” que nadie puede resolver -dado que para lograrlo hay que pensar que deben recomponerse los cuadros del trabajo, bajo la formulación de una profunda reforma laboral, que ponga las cosas en su lugar-.

Es inaceptable que se halla consolidado, con los años, una “clase dirigente millonaria”, que desde sus sitiales de privilegio maneja las estructuras del trabajo, generando en los sectores productivos una profunda retracción a incrementar las plantas laborales.

Esto se vislumbra claramente en algunos de los aspectos señalados por el FMI, cuando indica que deben frenarse y comenzar a disminuir lo que se ha convertido en una prebenda social, que asume diferentes nombres, pero que persigue un solo objetivo: tener a un sector de más de 20 millones de personas “sujetas” lo que ellos determinen cuando les hace falta el voto.

Esto es solo una parte del problema. También deberá ser analizado en profundidad el costo político que significa una estructura constitucional que conforma tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial.

La reformulación, si es que se quiere salir de los apremios que hoy muestran un país que supo ser el “granero del mundo” convertido en uno de los “emergentes” con menos posibilidades de crecimiento y futuro, es un imperativo que nos obliga a todos a repensar una forma de vida que ya no podemos seguir manteniendo.

El ministro evaluará cuatro alternativas que le acercaron sus colaboradores para que el BCRA pierda menos reservas en los próximos meses. Por ahora no se inclina por la idea de aumentar la percepción del impuesto a las Ganancias y quiere equilibrar la medida con la estabilidad del mercado.

Por presión de los industriales, Massa anunciará la semana próxima restricciones al dólar turista. Una medida que obedece a la necesidad que plantean los importadores para poder acceder sin limitaciones a los dólares que hoy, con impuesto incluido, se está llevando el turismo. De alguna manera es “desvestir un santo para vestir otro”. Siempre habrá doloridos y sufrientes.

El plan, según trascendió, es que todas las operaciones ligadas al turismo se cursen a través del dólar MEP, lo que significaría un abierto desdoblamiento cambiario. Las operaciones del MEP se realizan mediante la compra en pesos de un bono soberano y su reventa a cambio de dólares.

Todos mecanismos de ajuste, que dada la disipación de las informaciones que cubrían el horizonte, han comenzado a ser objeto de análisis en todos los medios económicos del país.

La realidad vuelve al escenario principal. Los resultados, como siempre: pagarán los más débiles. El mañana, sigue siendo una notable incertidumbre, que pocos se animan a definir. Por ahora, sin futuro preciso. Solo nos queda tener, si queda algo: esperanza.

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