Y ya estamos en las puertas de una definición política que colocará a la Argentina en el camino de un proyecto que tiene dos aristas claramente definidas: La generación de un pacto democrático, donde los consensos, sin ideologías procuren resolver entre todos, los problemas del país.
Lo otro es un planteo controvertido, varias veces explicado, cambiando el sentido y las formas, disruptivo, con una premisa: eliminar a la casta política que hasta ahora ocupo los escenarios de gobierno: todo en un plano nuevo, que no conocemos y que para muchos resultará un salto al vacío.
Esto se ubica a los lados de la profunda grieta que hoy, se niegue o no, ha separado a la sociedad de este país. En el vacío, un conjunto ‘variopinto’, que muchos denominan los ‘oportunistas’ de siempre, que no quieren quedar afuera de la posible mesa que se conforme.
Es una de las realidades de la Argentina. Duele, por un lado, pero por otro ha servido para poner en claro quienes están luchando por principios, que se pueden o no compartir, pero están y se han mostrado tal como son, son sus defectos y cosas positivas. Lo otro es la ‘resaca’ que rodea al sistema político, que poco o nada bien le hace a la comunidad.
El resurgimiento de las nuevas generaciones, es un suceso convalidante que el mundo esta en un proyecto de renovación, necesaria -por otra parte- para alcanzar proyección económico-social y proyectarse en algo nuevo, que se hace necesario, no para eliminar a la ‘casta’, sino para ponerle fin a los largos períodos de hegemonía que los convirtió en señores feudales, desconociendose el poder de la comunidad.
El proyecto joven, con otra formación, son los encargados -de eso estamos seguros- de aggiornar al país y sacarlo del statu quo, para alcanzar, en todos los ámbitos el recurso de la competividad que hoy exige el mundo en desarrollo.
En el marco de estas deducciones, el domingo estarán en pugna dos planificaciones: una alterable, que pretende romper y sobre lo que queda: reconstruir y otra que pensando en futuro, ofrece un pacto nacional, donde todos aporten lo suyo y los mejores sean los encargados de poner en marcha la Nación.
Es una elección realmente impredecible. La ciudadanía ha puesto de manifiesto que no esta de acuerdo con muchas cosas, con otras sí. Ha señalado claramente que el arriesgarse sin medir las consecuencias, no esta en sus genes. Tampoco entregar una carta en blanco y continuar como se esta en la actualidad.
Son las dudas, que en reiteradas oportunidades se vieron expresadas en esta columna. Tal vez para ese target de los 17 a los 25 años que tiene todo por delante, lo entusiasme el riesgo, la aventura de lo desconocido.
No ocurre lo mismo con los jóvenes adultos y mucho menos con los adultos mayores que pretenden previsibilidad en sus vidas para poder armar y definir con claridad las oportunidades que merecen sus hijos.
Todo esto esta en los platillos de la balanza que serán las elecciones de este domingo. Del resultado, emergerá el lunes un proyecto, que naturalmente elegirá la comunidad en el pleno ejercicio de la democracia, es decir a través del voto.
Han sido estos últimos meses difíciles de transitar, con dificultades económicas, algunas muy severas, el resurgimiento de nuevas opciones, tan diferenciadas de aquello que conocíamos, que provocó alternativas confrontativas graves, agresivas, que en nada ayudaron a la paz social, por el contrario fueron sumando grietas a las ya existentes. Pero creemos que de algo sirvió. Aprendimos a visualizar a los oportunistas que camuflados como los ‘defensores’ de causas perdidas, están siempre agazapados para no perder las prebendas que otorga estar siempre cerca del poder.
Ese aspecto entendemos quedó claramente explicitado. Se ponen la ‘camiseta’ que mejor les convenga y se golpean el pecho en señal de que ‘ellos’ pelean por los derechos de la sociedad.
Los ‘mata’ el archivo, el mismo antecedente que puso en evidencia que cuando se conforman ‘coaliciones‘ o ‘frentes’, por conveniencia, el fracaso esta asegurado.
La realidad indica que estarán en juego dos fórmulas de gobierno. Una que sustenta su plataforma en un acuerdo nacional, dado que entiende que solos, será imposible enfrentar los quebrantos que arrastrara el país. La otra no sabemos, podría llegar a presumirse pero no existen certezas que los desconocido pueda ser el remedio, mucho menos cuando se venía sustentando un planteo y se finaliza con otro.
Y de esta manera arribamos al final, que será un nuevo comienzo. Del acierto de la ciudadanía,en elegir uno u otro, dependerá nuestro futuro.
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