JUEVES 28 de Marzo de 2024
 
 
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El escenario es: “Negociación y ballotage”

No recordamos otras finales electorales en las cuales, a escasos seis meses de unas PASO y a ocho de las principales, no aparezca un nombre, sin importar demasiado el partido, pero que alcance un marco importante en la voluntad popular, y que ofrezca perspectivas, que otorguen certezas de quién puede ser el nuevo presidente argentino parra el período 24/27.

Se tiran números. Se realizan evaluaciones de diferente naturaleza. Se marcan algunos posicionamientos que, permitirían tener alguna idea. Pero certidumbre: ninguna.

Los encuestadores están intentando encontrar el número del premio mayor. Sus esfuerzos, que contienen la impronta de sus formaciones en este tipo de evaluaciones, son circunstancias que van cambiando día a día.

Solo hay un nombre que preocupa y ocupa a todos los estrategas de los distintos candidatos que hoy se juegan al premio mayor... Es el de Javier Milei. El porqué es producto de diversos análisis, en donde aparece una sintomatología que de ninguna manera está asegurando nada, pero resulta un indicador común: EL DESCONTENTO DE LA SOCIEDAD.

Si se procura alcanzar evidencias, ninguno de los frentes y coaliciones que hoy están en el escenario político nacional las ofrece.

El oficialismo, representado por el Frente de Todos, es un campo de batalla, en donde todos pelean contra todos.

Una hábil estratega, genera estas situaciones. Se muestra poco, remarcado por su silencio acostumbrado. Suele aparecer y normalmente es para señalar sus disidencias con la política económica del gobierno que preside Alberto Fernández, un hijo putativo, que hoy se ha convertido en un oponente que se siente con autoridad política-electoral para anhelar una reelección, que por ahora él solo la percibe.

Y para señalar sus discrepancias con el Poder Judicial, al que ha caratulado como el “Partido Judicial”.

Las encuestas que podríamos considerar más serias y menos comprometidas, están destacando que en la grilla de candidatos del Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner lleva mucha ventaja sobre sus posibles oponentes -siempre refiriéndonos a la disputa interna-.

Cuando se trasladan los interrogantes a la contienda nacional, con la participación de todos, es evidente que se ubica, pero de ninguna manera le alcanza para alzarse con una victoria, y todo indicaría que se debería resolver en un ballotage.

Una situación de similares características se está evidenciando en Juntos por el Cambio. PRO y radicalismo, las opciones más notorias, están pero solos -es decir separados- no llegan. 

La disputa entre ellos es quién encabeza las listas. La solución son las PASO, pero reiteramos una referencia que nos retrotrae a otras oportunidades en donde, llámese internas , digase PASO, siempre quedan heridos y resentidos, que merman los poderíos calculados.
Según podemos apreciar, la figura del “ballotage” está presente en todos los escenarios que se analicen.

Ninguno de los sectores que pujan por las presidenciales -hoy- tiene la posibilidad de quedarse victorioso en una primera vuelta. 

Esto indica que harán falta muy buenos negociadores para incorporar a las terceras fuerzas, que en este caso -hasta ahora- es Javier Milei. El “cuco” para muchos.

Un personaje recién lanzado a la política, que reniega de los actuales sistemas de gobierno y que pretende una transformación integral de la Argentina. La gran pregunta es, ¿podrá?, o son estrategias de campaña.

Todo estaría indicando que nada hay que materialice una posibilidad cierta de que la disputa sea entre tal o cual candidato. 

Existe un signo evidente, claro, preciso: la ciudadanía, en su mayor parte, está pensando en sus problemas personales, familiares y cómo poder resolverlos. La política no la está desvelando, sino la merma del poder adquisitivo y cada vez se siente más empobrecido.

Todo marca que estamos pensando en cómo mejorar, en qué variantes hay que aplicar y quién tiene -en sus planes- los proyectos, planes y políticas de Estado, que les permitan revertir el proceso actual.

¿Tal vez es el comienzo de una nueva etapa en la Democracia Argentina?
 

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