VIERNES 29 de Marzo de 2024
 
 
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Diputados: se deslució el debate 

La sesión especial a la que fue citada la Cámara Baja del Poder Legislativo Nacional, tenía como objetivo básico elaborar un documento, en el que estuviera reflejado, el repudio que generó el intento de homicidio de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner.

Por otra parte, era una oportunidad para que los diferentes sectores políticos que la integran, pudieran expresarse en torno al tema -único a tratar- y expresar su pensamiento de acuerdo a sus estructuras ideológicas.

En realidad, se nos supone, que resultaba una clara redundancia, atento a que la totalidad de los partidos políticos se habían expedido ante un suceso traumático que alteró notablemente el orden institucional del país, el atentado perpetrado contra la figura de la Vicepresidenta.

La sesión podía suponerse con exposiciones diferenciadas, pero enmarcadas en una sola dirección, dejando de lado la chicana, el ataque político y el procurar sacarle rédito a lo que pretendía ser un pronunciamiento que unánimemente le dijera al país, que, más allá de las disidencias ideológicas y de enfoque en las políticas de gobierno, la reunión perseguía un objetivo claro y preciso: repudiar. Acto que se expresó en toda la Argentina.

Pero hubo de todo y como en ‘botica’,para todos los gustos. Los integrantes de Juntos por el Cambio, expusieron su adhesión al documento, pero no compartían el motivo de la sesión y procedieron a retirarse del recinto, entendiendo que no podían adelantarse a la investigación que realizaba la Justicia, buscando encuadrar un episodio que ha sacudido a toda la ciudadanía.

Se manejó en forma constante y a lo largo de la reunión de la Cámara el ‘discurso del odio’. Un ariete que ahora se esgrime con enorme liviandad, porque todo aquello que no es coincidente con el pensamiento único, se entiende como ‘odio’ que enturbia el concepto de los sectores opositores.

Los cruces convirtieron a una sesión, que se presumía podía resultar tensa, en un ‘campo de batalla’, donde los discursos fueron violentos, por momentos ultrajantes y donde tenía que existir coincidencias, surgió lo peor que alimenta nuestra clase política.

No en todos -eso es cierto- existieron diferencias muy claras de exposiciones que no dejaron de lado sus posicionamientos ideológicos, pero no se apartaron del motivo de la sesión y procuraron un sano equilibrio, donde quedó marcado el pluralismo que debe existir en todo ámbito democrático.

Quedó también evidenciada la diferencia de criterios que hoy anima a quienes en su momento transitaron juntos cuatro años de gobierno. Nos referimos a Juntos por el Cambio y la Unión Cívica Radical. Unos se retiraron del recinto mientras que los otros permanecieron y dieron a conocer sus opiniones.

Volvió a producirse el desborde verbal de Javier Milei, quien, sin lugar a dudas, procuró alterar la figura de la presidenta de la Cámara de Diputados, la legisladora Cecilia Moreau, a quien le negó el tratamiento, aceptado de ‘presidenta’, desvirtuando el verdadero objeto de la reunión.

Hubo discursos extremos, que usaron al recinto, para volcar su antagonismo con el oficialismo, cuando la realidad indicaba que la motivación de esta reunión estaba lejos de deslucirla con una polémica inconsistente, donde lo que podía esperarse era una ‘autocrítica’ de la clase política argentina, que con sus embates, han sido parte de la generación de una violencia, que en ellos es dialéctica, pero que -lamentablemente- se traslada a niveles impensados cuando llega al ciudadano-ciudadana de a pie.

Una Argentina convulsionada, realmente no necesita de situaciones como las vividas en la jornada de la víspera. El tema ameritaba consensuar y mostrar que, ante un suceso anormal, desestabilizante, desde el punto de vista institucional, era merecedor de un tratamiento respetuoso, dejando para las sesiones ordinarias, que lamentablemente, son pocas, en este último tiempo, el posicionamiento político.

Todo indica que los argentinos estamos mereciendo un cambio fundamental en las actitudes de la política, no importa el signo al que pertenezcan. Esta será la única alternativa, si queremos tener futuro.
 

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