JUEVES 12 de Diciembre de 2024
 
 
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Debate: “Knock out técnico” de Massa

Habrá innumerables formas de interpretar quiénes lograron, en la jornada del domingo a la noche en la UBA, alguna diferencia que los coloque en primer término.

Fue un debate que tuvo dureza, sutilezas, ironías, pero que en definitiva arrojó como resultado que una figura -según la mayoría de las opiniones- saliera mejor posicionada, dado que pudo imponer un armado discurso sobre cada tema, soltura, buscando las debilidades de su oponente.

Sergio Massa, en la consideración de los entendidos, analistas y politólogos, logró ventajas claras, ante un Javier Milei que se lo vió demasiado guionado, dejando de ser él, para constituirse en el personaje que le fabricaron para evitar sus aptitudes disruptivas y, por momentos, agresivas que son su destacada característica.

Si bien hay que señalar que controló sus impulsos, el libertario se mostró con enormes debilidades para enfrentar un debate de ideas. Su mayor peso lo pudo desarrollar en lo concerniente a los temas económicos, donde prevaleció su formación, pero no supo encontrar las fortalezas de su posicionamiento.

En el caso del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, tuvo, desde el principio, un planificado plan de lograr sacar del eje al fundador de la LLA, situación, que si bien no pudo lograr, sí lo desestabilizó al punto de no encontrar respuestas para muchos de los interrogantes que le planteó.

No sabemos, y tampoco hemos visto reflejado en los comentarios que se han realizado del desarrollo del debate, en qué medida puede haber incidido la insistencia de Milei, en torno a todo lo que enunciaba Massa, señalándolo como producto de una mentira.

Según la interpretación de un destacado consultor político, que lleva sobre sus espaldas varias campañas presidenciales en distintas partes del mundo, los hechos que materializó el ministro de Economía, candidato presidencial, en las cuestiones de orden económico, desvirtuaron las acusaciones que los enunciados fueran falsos, atento a que ya se han cumplido varios de ellos, señalando aumentos a jubilados, retiro del impuesto a las ganancias, devolución del IVA y préstamos de diversa naturaleza, que han beneficiado a diferentes sectores de la sociedad.

La confirmación del futuro arancelamiento del sistema educativo que hizo Milei, más allá que consignara que se realizaría tras un año de gobierno, confirma que el proyecto sigue vigente y será, según dijo Sergio Massa: “un grave retroceso para el sistema educativo argentino que es libre y gratuito”.

Insistió, el liberal, que dentro de su plan de gobierno esta la eliminación del Banco Central y la dolarización. Confirmando en su respuesta, la pregunta de Massa que pretendió saber: “De dónde sacará los dólares”. La única que se escuchó fue: “Los tiene la gente”.

Lo que para algunos observadores parecieron gestos de nerviosismo, como tomar agua, tocarse el rostro repetidas veces o algunos gestos de desaprobación que se advirtieron en Massa, para otros, sólo eran estratégicamente realizados para provocar desconcentración en el Libertario, que, inclusive, destacó que se sintió molesto por las toses que se escuchaban en el recinto.

Nadie puede asegurar que tras el debate puedan producirse bruscos cambios en la decisión del votante. Tal vez -esto tampoco es reafirmado- podrían ser factores que decidan o inclinen el voto de los indecisos. Situación que nadie sostiene como un hecho convalidado por lo sucedido a lo largo del debate.

Los analistas coincidieron en que Massa salió mejor posicionado que Milei, pero plantearon dudas sobre cómo vieron los votantes el choque entre ambos candidatos y cómo afectará a un electorado donde aún persisten las dudas y son notorias las faltas de certezas.

Alguien decía “la pelea la ganó Massa”, de eso no existen dudas. Quedaron en evidencia debilidades que mostró Milei y, fundamentalmente, varios cierres que dio el candidato de Unión por la Patria: “Uds. tienen en este candidato alguien que no sabe cómo se gobierna”, agregando: “Nosotros ofrecemos seguridades en todos los aspectos que hoy preocupan al país”.

Aún así, con todos estos elementos que una gran parte del escenario que analiza comparte, nadie se anima a determinar si existen presunciones concretas sobre si este resultado puede tener incidencias y en qué medida sobre el electorado del 19 de noviembre.

Ya no existen demasiadas posibilidades de revertir la decisión del votante. Podrán lograrse algunos equilibrios, siempre y cuando los indecisos y votos en blanco resuelvan convertirlos en positivo. Pero esto son sólo conjeturas, sin certezas, las incógnitas siguen y sólo podrá conocerse la realidad cuando vuelquen las urnas y se haga el conteo de los sufragios.

Sólo podría constituir un violento desbalance si alguna circunstancia vuelve a repetir aquella famosa “quema de cajón”, sepultando las ilusiones del peronismo y volcando a los indecisos en favor del radicalismo.

En esta Argentina, todo puede suceder.

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