VIERNES 26 de Abril de 2024
 
 
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De mal en peor...

Los conflictos que se están planteando en el país, en torno al escenario político, es realmente preocupante. Ya esta dejando de constituir un proceso donde hay cuestiones que se discuten ardorosamente, sino que se robustece el descreimiento de las instituciones democráticas.

Entendemos que, cuando la sociedad no comprende que esta pasando, porque los enfrentamientos son- desopilantes- en algún caso puntual, mientras que en otros constituyen claramente una amenaza contra el orden institucional del país; estamos transitando un camino difícil y con muchas complicaciones.

Ante las alternativas de resultados eleccionarios que pueden resultar no favorables, aparecieron quienes sostienen que los ganadores tienen para muy poco tiempo en el gobierno. Uno dijo “a lo sumo un año para que se tomen el helicóptero y se vayan”, recordando la Presidencia de Fernando de la Rúa que aconteció desde su asunción el 10 de diciembre de 1999 hasta su renuncia el 21 de diciembre de 2001, debiendo haber finalizado su mandato el 10 de diciembre de 2003.

No es la única expresión compleja -por su contenido- que hemos escuchado y leído. Un intendente ultra K amenazó a la Corte Suprema: “Si a Cristina le quieren hacer lo mismo que a Lula vuelan todos en pedacitos”.

Esto ya esta dirigido a uno de los principales poderes del Estado Democrático y eso se nos supone, no solo un desatino total, sino la marcada tendencia que anima a un sector de la política argentina, que si las cosas no salen como quieren, gobernar será una ‘ruleta rusa’.

Entendemos y como nosotros estamos seguros la mayor parte de la ciudadanía que, los desbordes verbales, las amenazas, no contribuyen a la paz social, sino que alimentan un síndrome de violencia que se esta viviendo muchos sectores del tejido social.

Es evidente que en vez de aprender de los resultados negativos que arrojan tendencias de carácter ‘golpista’, hoy las estamos realimentando, enancados en una clase política que no quiere entender que los tiempos se acaban y que deben someterse al juicio de las urnas, exponiendo las mejores metodologías para ganarse al soberano.

Si sus planificaciones fracasan, la culpa no es de los sectores opositores con los cuales compite. La comunidad se expresa con la única y valiosa herramienta que le permite la Democracia: el voto.

Los cambios son sanos y sirven para reparar errores cometidos y de volver a no reincidir en los mismos. La perpetuación en el poder, no es aconsejable, porque naturalmente se convierte en una “sutil tiranía, con estilo tolerante”.

Es evidente que la estructura democrática del país se ha deteriorado, con el correr de los años y los exagerados egos y la enorme ambición de poder, sentimientos que corrompen al ser humano sino sabe como atenuarlos.

El manejo de la autoridad que debe estar orientada por el respeto de las instituciones, paulatinamente se ha ido perdiendo y quienes ejercen estas actitudes de excesivo mando, convierte a la sociedad en la que se desenvuelve en un pseudo reino donde quienes lo habitan son sus ‘súbditos’.

Estamos transitando un camino realmente peligroso, de excesivo conflicto y con una notable pérdida de valores. No podemos perder la esperanza que todo va a cambiar. Decían los abuelos: “No hay mal que dure cien años”. Esperemos que sea cierto.

El país y la sociedad argentina se lo merece y lo necesita.

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