VIERNES 19 de Abril de 2024
 
 
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“Piraña” Alonso 

Costero y popular, hijo del barrio Este

Porque todos los barrios piquenses siempre tienen un ídolo popular y reconocido por el apodo que le dan principalmente los vecinos, ya sea por su forma de vida o personalidad que lo hacen “querible”.

Y “Piraña” es de esas personas, fanático del fútbol y del tango, dos puntos populares para aquella época de los años 40 / 50.

Un día abandonó la ciudad y por su condición de arquero de las divisiones inferiores de Costa Brava, abordó el tren Nº 130 destino Once, y fue a probar suerte a Buenos Aires.

Pronto su capacidad de contacto y simpatía, le fueron abriendo caminos justamente en lo que deseaba: fotografía, tango y fútbol. Las fotos lo acompañaban para contactarse con los futbolistas principalmente de Boca, como Rattín, Rojitas, Roma, Marsolini, etc., y la venta de banderines en la entrada de la Bombonera lo destacaba por su llegada al hincha.

Vivía en una casa con amplio patio en Haedo cerca del estadio de Vélez, su segundo club, donde contaba con Bianchi y todo el plantel, principalmente con Willington, ‘Pichino’ Carone y el Turco Whebe, éste último goleador y conocido por la forma de festejar sus goles subiéndose a los alambrados olímpicos de las distintas canchas.

Por su actividad no se detenía; y su amor por el tango lo llevó a ser “plomo” de la orquesta de Osvaldo Pugliese y su cantor Alberto Morán, con quienes trabajaba y colaboraba en todas las funciones que era uno de los espectáculos más exitosos de esa época.

Entre las filmaciones del Mundial de Chile del año 1962, a las que concurrió como fotógrafo, y en las filmaciones de TV que recordaban al mes próximo pasado este acontecimiento principalmente relacionado con motivo del fallecimiento de Pelé, aparece un grupo de fotógrafos en medio del campo de juego apuntando al Rey, entre los cuales y en primera fila se observó la figura de “Piraña” activando el gatillo de la cámara. No pudo con su genio y le pidió una prenda a Didi, consiguiendo traer el pantalón del crack, que todavía tenía el olor del aceite verde del último partido.

Amable, buen amigo, eligió el camino que le gustaba y disfrutó la vida ‘... a su manera’, regresando para descansar definitivamente en su ciudad de la que nunca se olvidó.

JUANCA

 

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